Uno de los desafíos más típicos al cuidar de nuestras flores y plantas es determinar la cantidad de agua que realmente necesitan. La hidratación es vital, pero tanto el exceso como la escasez pueden ser perjudiciales. A continuación, desde La Florista del Castillo, su floristería en Ferrol, le sacamos de dudas.
Observar y tocar: el método infalible
La forma más sencilla de saber si su planta necesita agua es mediante una simple inspección. Observe el color de la tierra: la tierra seca suele ser más clara que la húmeda. Sin embargo, el indicador más fiable es el tacto.
- Introduzca un dedo (unos 2-3 cm) en la maceta, cerca del centro.
- Si la tierra está seca a esa profundidad, es hora de regar.
- Si la siente húmeda, espere uno o dos días más.
Este método funciona para la mayoría de las plantas de interior y jardín. Recuerde que la necesidad de agua varía según la especie de la planta, el tipo de tierra, la estación del año y la ubicación. En verano o en ambientes secos, el riego será más frecuente.
Conocer los signos de alarma en las hojas
Sus plantas le hablan a través de sus hojas, indicándole si están sufriendo por falta o exceso de agua. Preste atención a estas señales:
- Hojas marchitas y caídas. Generalmente, un signo de falta de agua. La planta pierde turgencia. Tras un buen riego, deberían recuperarse en unas horas.
- Hojas amarillentas o marrones con aspecto blando. A menudo indica exceso de riego. El ahogamiento de las raíces por falta de oxígeno es tan grave como la sequía.
- Puntas secas y quebradizas. Puede ser un indicio de un ambiente muy seco o de un riego insuficiente crónico.
Si sospecha de un exceso de riego, es crucial suspenderlo y asegurarse de que el drenaje de la maceta es el correcto.
La importancia del drenaje y la calidad del agua
El drenaje es fundamental. Asegúrese de que todas sus macetas tienen agujeros en la base para que el exceso de agua pueda salir libremente. Nunca deje la maceta permanentemente sobre un plato lleno de agua, ya que esto pudre las raíces. Si utiliza platos, vacíelos 15-30 minutos después de regar.
En cuanto a la calidad del agua, en general, el agua del grifo es aceptable, pero si es muy dura (con mucho calcio), puede dejar residuos en la tierra. Algunas plantas delicadas, como las orquídeas o las carnívoras, prefieren el agua de lluvia o destilada. Riegue siempre la tierra, evitando mojar las hojas y flores directamente.
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Un cuidado adecuado es la clave para disfrutar plenamente de la vitalidad y el color que aportan sus flores y plantas. Para cualquier consulta o para encontrar ese rincón de naturaleza que le falta en su hogar, no dude en visitar La Florista del Castillo, en Ferrol. ¡Le esperamos!